Sopa de la verdad

El día de hoy haremos una receta un poco distinta. Se trata de mi famosa sopa de la verdad. Le idea es sencilla: Cuando quieras saber si alguien es sincero contigo, sírveles esta horrible sopa y guíate por su reacción. Esta es una herramienta para el sano desarrollo de relaciones interpersonales, y también para llevar a cabo negocios exitosos. Ya he enviado correos a distintas escuelas de negocios del país, y espero iniciar un curso de sopas en la facultad de economía el próximo semestre, si todo se mueve bien. Pero en exclusiva, les dejo a continuación los rudimentos de mi ramo:

Prepara la sopa para tu socio, amigo o pareja. Sírveselas. Observa y mide.

Si entusiasmadamente te dicen que es maravillosa, son unos mentirosos sin ninguna vergüenza y tienes que reevaluar tu relación con ellos. Ten cuidado con esta persona, pues las apariencias o intereses ocultos le obligan a mantener una posición favorable contigo. He terminado relaciones con un par de amigos por esto. Siempre que emprendo un negocio o proyecto nuevo, invito a mis potenciales socios a almorzar a mi casa. La última vez que lo hice, cuando buscaba con quien abrir un pequeño emprendimiento de comida a domicilio, deseché a todos mis potenciales socios por agradecerme por la “rica” sopa que les serví. Al final no pude iniciar mi negocio, pero mantuve mi integridad. ¿Qué le queda a uno después de todo sino su propia integridad?

Si la reacción a la sopa es mesurada, como si te dijeran que está bien, pero que podrías cambiarle una o dos cosas, estás ante alguien un poco más sincero, pero aun cuidadoso con las formas. En este rango amplio y difuso de reacciones debes ser muy precavido para elegir con quien relacionarte. Este cuidado para expresarse puede ser recomendable en determinados contextos, pero en otros, podría esto revelar que estás frente a alguien con pocas agallas, demasiado inseguro para expresar sus propias opiniones, que podría ser fácilmente arrollado por presiones externas para simplemente caer bien a todos. Al mismo tiempo, podrías estar frente a un maestro manipulador, quien moverá los hilos con diestros movimientos de imperceptible subterfugio a través de los cuales podrá mantener una posición favorable contigo mientras persigue su propia y siniestra agenda. Considera muy bien el tipo de relación que tienes o tendrás con quien reacciona de esta manera a la sopa: podría ser un gran activo, pero también tu fin. Para saber cómo mejor distinguir estas variadas hipótesis recomiendo un cuidadoso estudio de la segunda unidad del texto principal de las clases que impartiré. [1]

Por último, si derechamente te dicen que la sopa es una porquería y que no tienes ningún sentido del gusto, estás frente a alguien sincero, honesto, que no tiene resquemores para decirte lo que piensa, por sobre cualquier apariencia o supuesto código social. Con este tercer sujeto podrás contar para negocios, atracos a casinos y operaciones militares de alto riesgo. Si de pasada te insultan personalmente, estás frente a un líder nato. Haz lo que puedas para procurar una relación profesional con este sujeto. Ahora bien, es cierto que, en determinados contextos, esta reacción puede ser contraproducente. Si la relación con el comensal es de carácter personal, podría ser innecesariamente hiriente oír sus insultos. No obstante lo anterior, en una relación amorosa la prueba de la sopa de la verdad puede ser una gran herramienta. La reacción de tu pareja socioafectiva puede ser un gran punto inicial para llevar a cabo una sana y necesaria conversación sobre límites en las formas en que se expresan el uno con el otro en el desarrollo de su vida en común.

Cabe agregar por último que la sopa de la verdad como concepto admite distintas manifestaciones. La receta que les compartiré es solo una guía básica, perfectamente modificable. La única constante debe ser el horrible sabor de la sopa.

Ingredientes

- Agua gasificada.

- Mostaza.

- 5 cucharadas del líquido de pepinillos en conserva.

- Regaliz negro.

- Gomitas acidas.

- Jalapeño.

Preparación

1. Mezcla cantidades iguales de agua tibia y mostaza amarilla.

2. Agrega 5 cucharadas del jugo de los pepinillos.

3. Pica el regaliz en pedacitos pequeños e introdúcelos a la mezcla.

4. Decora la superficie con gomitas acidas.

5. Agrega los jalapeños rebanados, procurando utilizar las semillas.

6. Servir caliente, tibio, o helado, dependiendo de que sea lo peor para tu invitado.

Por supuesto, si sabes qué cosas desagradan específicamente la persona que buscas analizar, modifica esta receta en lo que fuera pertinente.

No olviden compartir y comentar.

[1] Véase FONTANA, Felipe, “La cocina como herramienta de negocios: La Sopa de la Verdad para cultivar mejores relaciones y ganancias – El secreto para tu éxito profesional y personal: ¡El consejo Nº5 te sorprenderá!”, Santiago, Editorial Di Fontana, 2020, p. 146-401.